¿ Cómo dedicarse tiempo a uno mismo con un bebé ?

Desde que te has convertido en madre, es posible que sólo tengas tiempo para tu bebé... hasta el punto de olvidar a veces tus propias necesidades. Sin embargo, el cansancio y el exceso de trabajo no son los mejores aliados para una vida familiar plena. En este artículo encontrarás cinco consejos prácticos para cuidarte con regularidad y sin sentirte culpable.

¿ Cómo dedicarse tiempo a uno mismo con un bebé ?

1. Descansa durante las siestas del bebé

¿Por fin se ha dormido tu bebé? No te apresures a ordenar o planchar. La mayoría de estas tareas pueden esperar, pero tu salud y bienestar no. ¿Tus noches son difíciles, la carga de trabajo diurna te está agotando y el cansancio empieza a acumularse? Evita dejar el descanso para el día siguiente y, en cuanto el bebé se duerma, aprovecha para descansar tú también. Después serás mucho más eficaz a la hora de gestionar tu rutina diaria y disfrutar de tu bebé.

Si no puedes dormir, aprovecha para tumbarte, cerrar los ojos unos instantes, leer un libro, escuchar música o hacer un poco de deporte. Por breve que sea, este momento de descanso marcará la diferencia en cómo transcurra el resto del día.

2. Hazte un hueco en tu agenda

Cuidarse no debe ser una opción. Al contrario, tu bienestar es tu prioridad, porque es estando relajada y descansada como mejor cuidarás de tu hijo. Así que no dejes las actividades que te gustan al final de tu to do list (a riesgo de no encontrar nunca tiempo) y asígnales un lugar central en tu agenda. Esto es aún más importante si sientes que estás tan sobrecargado física y mentalmente que disfrutas menos de la crianza de tus hijos.

Piensa en las distintas formas de mimarte a lo largo del día y, una vez elegidas, anótalas en tu agenda. Puede ser algo tan sencillo como tomarte una taza de té después del biberón matutino, escuchar tu podcast favorito a la hora de la merienda o llamar por teléfono a una amiga mientras el bebé juega.

Otra opción es incorporar actividades de bienestar a tu rutina diaria, por ejemplo, escuchar tu lista de reproducción favorita mientras preparas la comida o meditar mientras sacas a pasear al bebé.

3. Involucra al bebé en tus actividades

Dedicarte tiempo a ti misma no siempre significa separarte por completo de tu bebé. Hay muchas actividades que podéis hacer juntos. Un paseo por el parque, ir de compras o una sesión de jardinería pueden rejuvenecerte y beneficiar el desarrollo de tu bebé. El aire fresco y la luz natural también son excelentes reguladores del sueño, y pasear, como cualquier actividad física, favorece la liberación de endorfinas, las hormonas de la felicidad conocidas por reducir el estrés y la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

También hay sesiones de natación para bebés y yoga para padres y bebés, que son excelentes tanto para la forma física como para la moral.

Los talleres y grupos de intercambio, especialmente diseñados para padres jóvenes, también pueden ser un soplo de aire fresco, ya que permiten hablar con otros padres sobre la vida con un bebé y ayudan a romper el sentimiento de soledad y aislamiento que experimentan muchos padres jóvenes.

4. Atrévete a pedir ayuda

Ser padre no significa tener que asumirlo todo tú solo. Habla con tu pareja sobre cómo podríais repartiros las tareas para que todos encontréis tiempo para vosotros mismos. Un reparto equilibrado de responsabilidades en la familia ayudará a reducir el cansancio y el estrés, y contribuirá a una mayor armonía en la pareja.

Los que te rodean también pueden proporcionarte un apoyo inestimable. No dudes en pedir a amigos o familiares que se hagan cargo de vez en cuando para darte unas horas de respiro. Ducharse con tranquilidad, o simplemente dormir un poco mientras tus suegros o un amigo cuidan del bebé, pueden proporcionarte un descanso beneficioso. Atreverse a pedir ayuda es a veces esencial si quieres recuperarte y redescubrir el placer y la alegría de la paternidad.

5. Sé indulgente contigo misma

Por mucho que te esfuerces, nunca lo conseguirás todo a la perfección. Es mejor que te quites la presión de encima. Ser padre es una curva de aprendizaje constante, y la vida con un bebé suele ser impredecible.

Un problema de dentición, un pico de fiebre, y toda tu rutina puede esfumarse. Así que lo mejor es aceptar desde ahora que las cosas no siempre van a salir como tú quieres. ¿Te has retrasado con la colada o ya no cocinas tan bien como antes? No te sientas culpable. Lo importante es que tú y tu bebé estéis bien. Concédete el derecho a tener momentos de debilidad o cansancio, y no intentes ser perfecta en todas las circunstancias. Es normal sentirse abrumado a veces como padre. Aprende a relativizar, vive el día a día y recuerda que cada etapa de la paternidad es temporal.

En resumen:

Encontrar tiempo para uno mismo cuando se tiene un bebé puede parecer difícil, pero está lejos de ser imposible. Ajustando tu organización, pidiendo ayuda e incorporando momentos de relajación a tu rutina diaria, podrás mantener el equilibrio y disfrutar más de la paternidad. El bienestar del bebé empieza por el bienestar de los padres, porque un padre satisfecho y descansado es más capaz de cuidar de su hijo con amor y paciencia.

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Elena Goutard
Publicado por : Elena Goutard - Coach parental Elena Goutard
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