5 ideas preconcebidas sobre el cuidado de tu bebé
Hay muchas ideas preconcebidas sobre los bebés. Abuelos, amigas, vecinos... Cada uno tiene su propia opinión, y no siempre es fácil orientarse como padre. En este artículo, desenredamos la verdad de lo falso, y te damos información fiable para guiarte en la paternidad. Porque por muy benévolos que sean, algunos consejos pueden ser incorrectos, inadecuados e incluso peligrosos para tu bebé. Allá vamos
Primera idea falsa: Los bebés deben dormir toda la noche antes de los 3 meses.
No es cierto. Aunque muchos bebés empiezan a «dormir toda la noche» (es decir, duermen entre 6 y 8 horas seguidas), esto no es así en todos los casos. Mientras que algunos bebés duermen como gatitos nada más salir de la maternidad, otros se despiertan varias veces por la noche hasta los 12 meses (o incluso más tarde). Es perfectamente normal. Cada niño tiene un ritmo diferente y la capacidad de sueño puede variar de un bebé a otro. A menudo depende del peso del niño, de sus hábitos alimentarios y de su estado general de salud. La dentición, las enfermedades o los periodos de crecimiento, durante los cuales la adquisición de nuevas habilidades interrumpe el sueño, también pueden perturbarlo.
Nuestro consejo: No existe una varita mágica para conseguir que tu bebé duerma toda la noche. Lo que sí puedes hacer es establecer las condiciones adecuadas para favorecer un sueño de mejor calidad: un ritual de sueño para relajar al bebé antes de acostarse, un ritmo estable durante el día para regular su reloj biológico, etc. Y si le cuesta conciliar un sueño reparador, no dude en pedir ayuda a un especialista cualificado (pediatra, entrenador del sueño, etc.).
Segundo error muy extendido sobre los bebés: hay que dejar llorar al bebé para que aprenda a dormirse solo.
Este método, también conocido como «del llanto al sueño», consiste en dejar al bebé solo, sin responder a sus llantos, hasta que aprenda a dormirse solo. Aunque en el pasado los resultados eran bastante convincentes (la mayoría de los niños conseguían dormir toda la noche en 3-4 días), investigaciones recientes han demostrado que el llanto intenso y prolongado aumenta la frecuencia cardiaca, la presión arterial y el nivel de cortisol (la hormona del estrés) en el cerebro del niño, lo que provoca todo tipo de dificultades (sobre todo durante el día): inquietud, llantos frecuentes y ansiedad por separación. La falta de respuesta de los padres también reduce la sensación de seguridad interior del bebé, lo que puede ser perjudicial para su desarrollo emocional a largo plazo.
Nuestro consejo: Para enseñar a tu bebé a dormir mejor, utiliza métodos suaves que respeten su edad y sus necesidades. Cuando se despierte, ten paciencia y sigue tranquilizándole y consolándole para que se duerma más rápidamente. Si tu bebé se despierta con demasiada frecuencia, acude a un profesional cualificado que pueda proponerte soluciones adecuadas.
Tercer error: llevar demasiado al bebé le hará dependiente
A menudo oímos que llevar demasiado al bebé (en brazos, en una mochila porta bebé o respondiendo rápidamente a sus llantos) puede convertirlo en un niño mimado y dependiente de tus brazos. En realidad, llevar al bebé en brazos tiene muchos beneficios para su desarrollo físico y emocional. Llevarlo en posición vertical fortalece los músculos del cuello y la espalda del bebé, y el contacto piel con piel ayuda a regular la temperatura corporal y la frecuencia cardiaca del pequeño. Los estudios también demuestran que los bebés que suelen ser porteados crecen con una mayor sensación de seguridad, lloran menos y tienen menos probabilidades de sufrir ansiedad y otros trastornos emocionales en la edad adulta.
Nuestro consejo: no tengas miedo de coger a tu bebé en brazos si sientes que te necesita. Contrariamente a la creencia popular, los bebés que reciben muchos mimos y consuelo crecen más seguros de sí mismos e independientes en la edad adulta.
Cuarto error: los bebés sólo lloran cuando tienen hambre o están enfermos
Los bebés pueden llorar cuando tienen hambre o sienten dolor, ¡pero no sólo eso! El llanto es también una forma que tienen los bebés de comunicar toda una serie de informaciones: malestar físico, mala postura, cansancio excesivo, demasiados ruidos o estímulos, necesidad de seguridad y tranquilidad, etc. Contrariamente a la creencia popular, los bebés nunca lloran para manipular a sus padres. Al contrario, el llanto tiene una función vital: ayuda al bebé a expresar sus necesidades y a obtener una respuesta de los adultos que le cuidan.
Nuestro consejo: no tengas miedo de que tu bebé llore. Aunque tu hijo llore (y mucho), eso no significa que seas un mal padre y que tu bebé sea infeliz. Si te tomas el tiempo de observarle a diario, aprenderás a diferenciar los distintos tipos de llanto y podrás responder adecuadamente a sus necesidades.
Quinto error: los bebés no entienden cuando les hablas
Tu bebé tiene una sorprendente capacidad para entender el lenguaje, aunque aún no hable. Desde las primeras semanas de vida, están atentos a las voces, entonaciones y expresiones faciales de las personas que les rodean. Pueden reaccionar a las emociones: sonreír cuando alguien les sonríe, echarse a llorar si sienten que alguien está enfadado. Los bebés pueden captar el significado de las palabras mucho antes de poder hablar. Poco a poco, escuchando a quienes les rodean (padres, hermanos, abuelos, niñera, etc.), empezarán a hablar, primero con balbuceos, luego con sílabas y finalmente con palabras de verdad. A medida que crezcan, comprenderán que las palabras tienen un significado y que están ahí para interactuar con los demás.
Nuestro consejo: habla con tu bebé siempre que puedas, descríbele lo que estás haciendo, cántale canciones infantiles y léele cuentos. Al comunicarte con tu bebé, no sólo le ayudarás a hablar más deprisa, sino que reforzarás tu vínculo con él.
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