«Por qué la ERGE de mi bebé me convenció para comprar el Nanny BM-03 y tratamientos para aliviar la ERGE» - Testimonio de un médico

Una doctora cuyo bebé padece ERGE (Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico) habla de por qué decidió utilizar el monitor respiratorio Nanny BM-03. También explica qué es la ERGE y los posibles tratamientos.

«Por qué la ERGE de mi bebé me convenció para comprar el Nanny BM-03 y tratamientos para aliviar la ERGE» - Testimonio de un médico

¿Por qué decidí comprar el Nanny Care BM-03?

Elegí el Nanny Care BM-03 Premium porque mi bebé, que padecía ERGE, experimentaba molestias que me preocupaban mucho. Ya no me fiaba del riesgo de muerte súbita.

Gracias a la Nanny, pude estar tranquila durante sus periodos de sueño. Aunque no siempre podemos evitar las situaciones dramáticas, Nanny Care está ahí para alertarme y permitirme reaccionar lo antes posible en caso de apnea prolongada o parada respiratoria.

Por supuesto, he actualizado mi formación en primeros auxilios para lactantes y niños para poder reaccionar eficazmente en caso de alerta, que es algo que aconsejaría a cualquier padre, porque si el monitor se apaga, hay que saber qué hacer en caso de emergencia. Hay cursos de formación para el público en general a disposición de todo el mundo (consulte, por ejemplo, la página web de la Cruz Roja Francesa).

¿Qué es la ERGE?

La ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico) en los lactantes corresponde a un reflujo pasivo (sin esfuerzo, espontáneo) del contenido gástrico (regurgitación), a diferencia de los vómitos, que son un reflujo activo del líquido gástrico (por contracciones del estómago que hacen salir el bolo alimenticio), y por lo tanto corresponde a un diagnóstico diferente.

No es la cantidad de vómitos lo que diferencia a ambos, y a veces es necesario pedir consejo al médico tratante o al pediatra para hacer esta distinción.

Dos manifestaciones posibles de la ERGE: regurgitación o ERGE oculta

La regurgitación puede salir por la boca. Es lo que se conoce como regurgitación externa o, en lenguaje corriente, «reflujo».

Esta regurgitación puede permanecer interna. Es lo que se conoce como ERGE oculta, que puede manifestarse de otras formas en casos patológicos, como molestias recurrentes, enfermedad pulmonar o problemas ORL.

Dos tipos de ERGE

Existen dos tipos de ERGE:

  • La ERGE fisiológica (término que evitamos utilizar para limitar la confusión con la ERGE patológica, por lo que generalmente hablamos de regurgitación simple). Corresponde a la regurgitación simple exteriorizada, que es un fenómeno fisiológico y muy frecuente en los lactantes. No es dolorosa y se produce en niños sanos. Esta regurgitación externalizada puede ser de cantidades muy variables y suele producirse poco después de las comidas. Si la cantidad de regurgitaciones parece demasiado grande, debe consultar a su médico. Generalmente, esta regurgitación cede después de los primeros 4 ó 5 meses de vida, cuando el bebé empieza a diversificar su alimentación y aprende poco a poco a sentarse.

  • La ERGE patológica es mucho más rara. Puede ir acompañada de otros síntomas :

    • Dolor con episodios de llanto,
    • Retorcimiento del niño,
    • Masticación,
    • Estancamiento o pérdida de peso,
    • Hipo frecuente, 
    • Voz ronca, 
    • La nariz taponada.

Puede haber otros síntomas además de los enumerados anteriormente, ya que el reflujo a veces puede complicarse con esofagitis (síntomas variables, que a veces incluyen el rechazo del biberón, anorexia, eructos e incluso la aparición de sangre en la leche regurgitada en caso de irritación grave), o puede complicarse con malestar general o provocar problemas pulmonares u ORL recurrentes.

Es muy importante comprender que los padres no pueden hacer este diagnóstico por sí solos, y que es necesario consultar al médico de cabecera o al pediatra. Esto es tanto más cierto cuanto que la ERGE patológica puede a veces ser secundaria a otras patologías, en particular la alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV), y que existen diagnósticos diferenciales para ciertos síntomas como el rechazo del biberón, la anorexia, etc. (por ejemplo, un trastorno de la oralidad), o incluso complicaciones de la ERGE patológica (como la esofagitis).

Sólo un médico podrá hacer un diagnóstico preciso, a veces simplemente preguntando, a veces mediante pruebas complementarias (por ejemplo, pH-metría de 24 horas), dar los consejos apropiados y sugerir un tratamiento adecuado.

¿Qué tratamientos existen para la ERGE?

En primer lugar, es importante comprobar que los biberones se han reconstituido correctamente y que contienen las cantidades adecuadas de leche maternizada.

Consejos generales

Ante una ERGE fisiológica (regurgitación) o patológica, tanto si el bebé se alimenta con leche materna como artificial, se pueden aplicar los siguientes consejos:

  • Dedica tiempo a las tomas o biberones con pausas para facilitar los eructos facilitar los eructos.
  • Procura no llevar los pañales demasiado apretados y evita la ropa demasiado apretados alrededor de la cintura.
  • Mantén al niño en posición vertical o sentado el mayor tiempo posible después de las comidas, idealmente durante 30 minutos si es posible.
  • Cuando el niño esté tumbado, prefiera una posición reclinada de 30°.
  • Evitar el tabaquismo pasivo.

Espesar la leche materna o artificial

Dependiendo de la situación, su médico puede sugerirle espesar la leche.

  • Si estás dando el pecho, no es necesario que te extraigas leche para espesarla. Tu médico de cabecera o pediatra puede recetarte un espesante que se diluye en un poco de agua o leche extraída y se administra con pipeta antes de la toma. Tu médico o pediatra podrá aconsejarte sobre la textura y la dosis adecuadas de espesante, ya que si la solución es demasiado espesa, un bebé muy pequeño corre el riesgo de empezar en falso: por tanto, debes comentarlo con un profesional sanitario. Si te resulta más fácil, también puedes extraerte la leche y añadir el espesante a la leche materna.
  • Si te alimentas con leche artificial, puedes utilizar leches espesadas, también conocidas como leches antirregurgitación (AR), que son preparados ya disponibles en el mercado. También puedes utilizar un espesante que se añade a una leche convencional que no ha sido espesada previamente. 

Existen varios tipos de espesantes, siendo los dos más utilizados :

  • Almidón
  • Algarroba

Se pueden encontrar solos (bien incorporados directamente a la preparación en leches AR ya espesadas, bien en forma de espesante en polvo para añadir a la leche), o bien combinados en preparados ya elaborados (a menudo con una mezcla de varios espesantes).

Cuando se utiliza un espesante en polvo (y no una leche AR ya espesada), los dos más frecuentemente prescritos son :

  • "Picot Magic Mix Poudre Épaississante" (a base de almidón) 
  • "Gallia Bébé Expert Gumilk" (a base de algarroba)

Tanto si se utilizan en las leches AR como en forma de polvo espesante, estos productos no siempre están exentos de efectos secundarios, por lo que es importante consultar a un médico y no tomar estas decisiones uno mismo.

Por ejemplo, el almidón tiende a estreñir a los bebés y puede provocar gases, mientras que la algarroba tiende a producir heces blandas, pero también puede provocar gases.

Ten en cuenta que, en caso de ERGE patológica, el médico también puede prescribir una leche muy específica para la lactancia artificial. Por ejemplo, si tu bebé padece una alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV), que contribuye a la ERGE patológica, tu médico puede recetarte una leche a base de hidrolizados de proteínas de leche de vaca o leche de arroz o, en casos muy raros, una leche a base de aminoácidos: una vez más, siempre debes consultar a tu médico.

En caso de ERGE patológica, si estas medidas no son suficientes, existen otros tratamientos que su médico puede prescribirle. Los más prescritos son :

  • Preparados en forma de gel, administrados con el dedo o la tetina, para «recubrir» el esófago y actuar como «apósito» para limitar el dolor del reflujo ácido (por ejemplo, POLYSILANE).
  • Antiácidos en forma de jarabe, generalmente administrados con pipeta, que también «recubren» el esófago y actúan como un «apósito» (por ejemplo, GAVISCON para lactantes).
  • Inhibidores de la bomba de protones (IBP), prescritos en casos excepcionales y como último recurso, que también se administran con pipeta tras reconstituir la solución (por ejemplo, INEXIUM).

Como todos los medicamentos, estos tratamientos pueden tener efectos secundarios. Aunque, afortunadamente, la mayoría de estos tratamientos se dispensan con receta médica, algunos siguen siendo de venta libre: tenga siempre en cuenta que sólo su médico podrá indicarle la conveniencia o no de iniciar un tratamiento farmacológico, y valorará la relación beneficio-riesgo facilitándole toda la información necesaria. Nunca debe automedicarse, sobre todo si se trata de un lactante.

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